Las galletas decoradas con glasa siguen siendo mi punto debil, lo tengo que reconocer, pero aún así no podrían faltar para Navidad, pues cualquier ocasión es perfecta para seguir practicando.
Alguna de éstas galletas terminará colgada en el arbol de navidad y será punto de atracción para los sobrinos pequeñines que vendrán de visita éstos días y se acercarán al arbol en busca de caramelos u otros dulces.